Cómo leer sin culpa cuando eres mamá
Convertirse en madre cambia todo. Cambia los días, los ritmos, los silencios. Lo que antes hacías sin pensar —como leer por horas— ahora parece un lujo. Leer se convierte en algo que se empuja al final de la lista. Después de todo, hay tanto que hacer.
Pero, ¿sabes qué? Leer también puede ser una forma de cuidar.
De cuidarte a ti. De recordarte que tú también importas.
🌿 1. Entender que leer no es escapar, es habitarte
La culpa muchas veces viene de sentir que estamos “abandonando” algo por hacer otra cosa. Pero leer no es una huida, es un regreso a ti.
Es un espacio donde no eres solo mamá, sino también mujer, soñadora, pensadora, buscadora.
Y eso no te aleja de tus hijos. Te nutre para estar más presente con ellos.
🕰️ 2. Leer a tu ritmo (aunque sea en fragmentos)
Quizás antes leías tres capítulos de golpe. Ahora lees dos páginas y alguien te interrumpe. Y eso está bien.
No hay una forma “correcta” de leer.
Puedes hacerlo en voz baja mientras meriendan, en el baño con la puerta entreabierta, o en la noche, con una luz suave y una manta.
Leer a ratos no es leer menos. Es leer con lo que hay.
🧸 3. Incluir la lectura en la vida familiar
Puedes leer mientras tus hijos hojean sus cuentos.
Puedes tener un "momento de silencio compartido", donde cada uno elige su libro.
Así, la lectura se convierte en una parte de la rutina, no una actividad “egoísta” que resta, sino algo que suma presencia y ejemplo.
Verte leer también les enseña que el descanso y el placer intelectual son valiosos.
💬 4. Habla de lo que lees (aunque sea solo contigo)
A veces ayuda hablar de lo que estás leyendo. Compartirlo con alguien, escribirlo en un diario, mencionarlo en una historia de Instagram.
Te recuerda que esa parte de ti sigue viva.
No estás sola: somos muchas las que subrayamos frases entre meriendas y montañas de ropa.
❤️ 5. Elige lo que te haga bien (no lo que “deberías” leer)
No te sientas obligada a leer clásicos, ni lo que está de moda, ni lo que todos recomiendan.
Lee lo que te abrace. Lo que te haga sentir vista.
Puede ser poesía, novelas suaves, libros de crianza consciente o historias que te hagan reír.
Leer por placer es suficiente.
🌙 Leer no es un lujo. Es una forma de sostenerte.
Y cuando una madre se sostiene, sostiene mejor a quienes ama.
Así que no apagues tu deseo de leer. No lo tapes con culpa.
Hazle espacio, aunque sea poquito. Aunque sea lento. Aunque sea entre interrupciones.
Porque una mamá que lee es una mamá que se recuerda.
Y eso también es amor.
¿Tienes algún momento del día en el que te gusta leer, aunque sea solo cinco minutos? Cuéntamelo en los comentarios. Me encantaría crear juntas una pequeña rutina lectora real, imperfecta y llena de alma ✨📖

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